Vivimos en un mundo
de ciencia ficción rodeado por conejos blancos y Alicias cayendo por
madrigueras de conejo, en busca de una manera para despertar de un sueño eterno
después de tomar la pastilla azul, esperando el día que nos podamos zafar de
las cadenas y mirar que hay mas allá de las sombras y de una mísera cueva,
donde apenas entra el sol y donde solo podemos ver unas pocas y falsas
sombras....
Actualmente, y desde
un humilde punto de vista, el ser humano, vive en este mundo de sombras donde un
puñado de individuos y generalmente, los que nos controlan, son aquellos que se
encargan de enviar a unos pocos semejantes, para que se ensucien las manos y nos
hagan unas pocas sombras que nos tengan contentos y distraídos.
En este mundo de
sombras cambiante, y de evolución constante, nuestra cárcel de libertad también
varia, evoluciona y crece, pues donde antes habían unas cadenas y una pared que
idolatrábamos y en la que, veíamos hipnotizantes sombras carentes de sentido,
hoy vemos que se han convertido en, Smartphones, televisiones, redes sociales, y/o
para los mas tradicionales prensa corriente y diaria.
Pero, que es eso de
que no funciona en el mundo, que es esa astilla que al despertar y mirarnos
muchas veces al espejo, se clava en nuestra mente...que es esa sensación, que nos
hace buscar la pastilla azul, con la fe y esperanza de despertar de un mundo
onírico, para poder ver lo que nos interesa, la realidad, un lugar de fieles
siervos y borregos, donde la rutina y el día a día nos atrapa, y nos convierte en
zombis leales y obedientes, a un sistema en el que contra mas te empleas para y
con el, más te atrapa, convirtiéndose así en algo necesario e imprescindible
para la supervivencia del individuo. Como oxígeno para nuestros pulmones.
Entonces...¿dónde
esta esa pastilla?, ¿dónde podemos encontrar la llave de nuestras esposas para
salir de la cueva?, o ¿como puedo ver el final del túnel...?sencillamente ¿no
se puede....? o ¿no se quiere?
Unos pocos pueden desear despertar, otros muchos preferirán dormir y seguir enganchados al sistema; vecinos, amigos, en general posibles ciegos que no se quitarán el vendaje de los ojos frente a un sistema que a conseguido que lo adoren e idolatren, un sistema que se a convertido en nosotros mismo.
Entonces ¿esto nos convierte en el
sistema y nos hace nuestros enemigos?, ¿nuestra propia cárcel?, ¿nuestras
propias sombras?, que con esfuerzo cada mañana cuando nos despertamos y cada
noche, antes de acostarnos, nos preocupamos en que funcione y nos retroalimente,
para poder esquivar la pastilla azul, que nos hará despertar de un sueño, que probablemente
no nos interese despertar y de un conejo blanco, que probablemente no nos interese
encontrar.
Fdo Daniel GIménez
Podeis seguirme en Twitter: @daniel09gimenez
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